domingo, 26 de abril de 2009

Tiempo, mucho tiempo

La noción que tenemos del tiempo es lo que da sentido a nuestra vida. Todo lo que hacemos viene influenciado, siempre, por el tiempo, un tiempo supuestamente objetivo pero vulnerable a ser modificado según las experiencias de cada uno. A través del tiempo, nuestra vida va cambiando. Todo llega y todo pasa, me dijo un día un amigo... y razón que tenía.

Pero a lo largo de todas esas experiencias, hay ciertas cosas que te acompañan siempre, y que siempre están dispuestas a darte la mano. Por ejemplo, los hobbies. Eurovisión. No voy a intentar dar una lección a nadie sobre qué es y cómo hay que ver Eurovisión, pues creo que es mucho mejor disfrutar de las cosas uno mismo que intentar que los demás las disfruten por ti... Pero bueno, si me preguntasen: ¿qué es ser eurofan?, respondería que ser eurofan significa, ante todo, aprender a valorar la música. La música, en general. No importa el estilo, no importa el género, no importa la lengua... todo es música, y todo te hace sentir, de una manera u otra... Eurovisión es esto. Un espectáculo audiovisual, pintoresco y variopinto, dónde, una sola noche al año, las culturas musicales de muchos países diferentes (hasta opuestos en muchos aspectos) se unen para formar una única entidad.



Y en relación con el tiempo del que hablaba antes... precisamente Francia en 2002 habló del tiempo en una de las mejores actuaciones de la historia que, lamentablemente, sólo obtuvo el 5º puesto. Il faut du temps, es decir, Se necesita tiempo. Tiempo para crecer, para aprender, para sonreír... Un canto pacifista y una metáfora de lo que es el tiempo para el ser humano. En un estilo muy celinedionista, pero con emoción y personalidad, Sandrine François me llegó al corazón... que cada cual la disfrute a su manera.

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